El arte de Ishida Sui: una mirada al manga y anime de Tokyo Ghoul

Ishida Sui es conocido por su famosa obra Tokyo ghoul y Tokyo ghoul:re siendo estas publicadas entre los años 2011 y 2018. Si bien el manga no fue tan popular en sus primeros años, sin duda lo fue el anime, saliendo por primera vez en el año 2014 a manos del estudio Pierrot.

Hay muchos sentimientos encontrados con el anime, ya que de partida la censura fue descomunal, acabando y transgrediendo la principal característica y estilo de Ishida Sui, quien se encargaba de dotar en su increíble estilo de dibujo un tono y ambiente melancólico cargado de oscuridad. Por un lado, eso me decepcionó al punto de dejar de lado el anime, ya que para nada cumplía las expectativas que me había entregado el manga.

Sin embargo, tanto el primer opening como el primer ending fueron para mí lo más rescatable hasta el día de hoy, no por nada el famoso "oshiete o" sigue sonando. Claro está, que el anime de Tokyo ghoul nace y muere en su primera temporada, siendo las siguientes para mí un dolor de cabeza; obviamente el argumento y personajes se mantienen, pero desde que cambiaron conflictos esenciales como la muerte de Kaneki y Hide el anime perdió todo sentido. Obviamente esto no es algo que pase solo en Tokyo ghoul, sino que en muchos más donde las adaptaciones -y dependiendo del estudio- cambian notoriamente, pero Pierrot aparte de un pésimo trabajo de animación, arruinó la genialidad de Ishida y su manga.

¿Por qué tanto énfasis en lo anterior? Pues porque el manga en ambas partes se demuestra la calidad artística de su autor como también la capacidad de crear una historia sumamente coherente y para mí, sin vacíos argumentales. Sus personajes son increíblemente bien pensados, la notable participación e influencia del CGI, el desarrollo e incidencia del Aogiri, la mente y hedonismo de Los Payasos, la misteriosa y sombría organización V y el increíble pero maquiavélico antagonista Furuta etc., hacen de Tokyo Ghoul una obra que escapa de lo común. 

El anime para nada le hace justicia al manga, y sobretodo porque Kaneki tiene un cambio tanto interno como externo brutal, de ser un chico adolescente introvertido se transforma en un ser fragmentado, corrompido y mutilado con conflictos psicológicos y existenciales que escapan de cualquier realidad y tolerancia humana. Tanto su interior como su entorno cambian siniestramente, llegando incontables veces a ser el personaje que más empatía y sufrimiento causa, a pesar de que hay varios que pasan por el umbral del dolor muchas veces injustificado.

Ishida tiene este don de generar y crear desesperación y desconsuelo potentes en sus personajes, pero también el don de invocar la luz y paz en los momentos que creíamos perdidos. El amor que hay  entre Touka y Kaneki es puro, no hay incondicionalidad más emotiva que la que existe en su relación, nunca fue perfecta, pero sin duda alguna su historia conmueve y evoca una inquietud constante por el qué pasará. 

Kaneki tiene uno de los giros internos más inusuales como protagonista, estando en las dos caras de la moneda; lo humano y lo ghoul. Esto lo configura como un personaje alterado casi sin sentido, pero son sus cambios lo que lo hacen tan particular y significativo, aunque suene contradictorio. A pesar de ser mitad humano y mitad ghoul, sabe perfectamente cómo moverse entre estos dos mundos, buscando una paz que para muchos, resulta inalcanzable y, logrando además, la profunda admiración y afecto de sus conocidos, aunque le cueste su estabilidad emocional y física.

Lamentablemente, el autor se retiró debido a la sobre explotación en la industria del manga, pero se encargó de dejar un hermoso y experimental legado en su arte, dándonos una historia y personajes íntimos que perdurarán en nuestra memoria y retina. 

Kuroi Ame~